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21/Abril/2018

 

El corazón de Parral, la “Mina La Negrita”, sostén del viejo mundo en época colonial, se trata de una veta de importancia histórica que fue el motivo de desarrollo de la región norte del país y sur del hoy estado de Chihuahua, actualmente un ícono turístico de esta latitud.

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Debido a la gran abundancia que originó “el viejo cerro del Parral”, se desarrolló un gran número de empleos y por consecuencia, una importante derrama económica, al punto de sostener a España por la trascendental cantidad de plata que se producía en dicho lugar.

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Fue Juan Rangel de Biesma quien en agosto de 1630 descubrió un rico filón de plata y lo llamó “Mina La Negrita” (conocida años más tarde como “Mina La Prieta”), donde inicialmente los indígenas fueron quienes generaron una notable producción y por la gran demanda de empleados, se atrajo un importante número de familias que emigraban de la región y hasta de otros países, como lo fue de Europa en puestos destacados.

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Se habla de 400 años atrás donde el cerro se fue seccionando para luego continuar con un trabajo que se realizaba a tajo abierto ya que las vetas se desprendían con gran facilidad.

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Se trata de un otrora importante polo de desarrollo para el norte del país, donde se dio pie a que crecieran ciudades alrededor y en sus mismas faldas se gestaba los inicios de una ciudad llamada en aquella época San José del Parral, fundada en el año de 1631.

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Lo anterior a expensas de una vida minera complicada y de grandes riesgos que acortaban la vida de quien la practicaba, que de por si ingresaba a esta difícil labor a muy temprana edad; se habla de que iniciaban a laborar en el interior de una mina desde los 15 años.

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Uno de los principales factores era la enfermedad llamada silicosis, producida por el sílice. La prueba del envejecimiento y el desgaste físico quedaba plasmada en el día a día en los archivos que comprendían un expediente con fotografía de cada uno de ellos, en el que se elaboraba una hoja por cada año de trabajo junto con fotografías actualizadas, lo que generaba una línea del tiempo dibujada con gráficas de rostros que cada vez lucían más demacrados con el pasar de los años.

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Hoy, la “Mina La Prieta”, mudo testigo de aquellas épocas de pujante economía y albergue de una gigantesca estatua del santo patrono de la ciudad San José, funciona como un importante y pintoresco museo visitado por miles de turistas.

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El trayecto inicia en la taquilla ubicada a la entrada del complejo, por la calle Estaño de la colonia Fátima; una caminata lleva a donde se encuentra la calesa que permite bajar hacia la mina y es ahí donde se conoce a profundidad como fue el trabajo de un minero, se muestra y se explica cada uno de los detalles.